sábado, 9 de abril de 2016

El europeo encadenado

Cuarto mes de atropello de la legislación europea. Francia se salta las leyes de libertad de movimientos para ciudadanos de la Unión Europea con total impunidad. ¿Cuanto tiempo más vamos a soportar esta ilegalidad?
Los aeropuertos franceses ponen un control adicional previo al embarque para fichar a todos los ciudadanos que tomen un vuelo con destino fuera de las fronteras nacionales, o inmediatamente posterior al aterrizaje para vuelos no provenientes de Francia.
Estos controles se realizan con personal policial escaso, provocando enormes colas y retrasos de aviones. Además sabiéndose todopoderosos los policías se ven con derecho de burlarse de las personas que soportan horas de colas en recintos minúsculos, sin asientos ni información, ante lo que el aeropuerto no pone medios extra para compensar la ilegalidad que se produce en sus propias instalaciones.
Es por su propia seguridad.
Esta es la falsedad utilizada para controlar a la población.
Se puede entender un registro a la llegada al aeropuerto de aquellos aviones que vienen de lugares sin medidas de protección insuficiente. Se puede entender un registro en la entrada del propio aeropuerto para evitar las situaciones como la sucedida en Bélgica. Pero no se puede entender un control, posterior al control del aeropuerto, únicamente para fichar los viajes fuera de Francia de todos los pasajeros (europeos o extra-comunitarios) sin discriminar los destinos pertenecientes al espacio Schengen, cometiendo así una ilegalidad manifiesta y conocida.
¿Cuales son las consecuencias?
En primer lugar: incomodidad para los viajeros sin aumento de su seguridad. Estás incomodidades se trasladan a los retrasos aéreos, con posibles consecuencias de pérdida de enlaces y con las pérdidas económicas derivadas para las personas y compañías aéreas.
Estas incomodidades y consecuencias restan atractivo para los destinos franceses pudiendo perder vuelos si la ilegalidad continúa. Por parte de los gobiernos se puede producir un efecto espejo que ponga trabas a los vuelos con destino u origen francés compensando así la falta de respeto hacia sus ciudadanos.
La seguridad no puede ser una limitación para la libertad, no puede ser una traba para el crecimiento del sueño europeo, no puede ser aislamiento y segregación. Francia debe reflexionar y darse cuenta que de esta forma está perdiendo la guerra y sucumbiendo al chantaje.
Europa debe ser nuestro marco común y estas ilegalidades no tienen cabida.