Soy de Ragusa

Al final todo se resume en ver quien es el más débil. A quien le afectan las cosas, quien puede soportar menos, es una cuestión de fortaleza.

La mafia ya no mata... ahora se dedica a extorsionar y tejer entramados políticos que llegan hasta todos los puntos de la sociedad. Esa imagen peliculera con el calor y los matones se quedó atrás. Los focos de poder están en el norte y es allí donde trasladan sus actividades para controlar grandes eventos, infraestructuras, asociaciones, droga...
La mafia es negocio, es política, es buscar el beneficio propio a costa de una competencia desleal basada en actividades ilegales de tráfico (ya sea droga o armas). Este cáncer se extiende por todos los polos de poder, sin remedio, sin que una sociedad dormida le pare los pies.
Existen grupos de periodistas que lo denuncian, que investigan, que publican todo aquello que piensan y descubren para ser honestos con lo que creen. Mi respeto hacia ellos es infinito, mis letras están a su disposición.

Las luchas justas siempre son muy largas, pero el débil lucha sin razón y la razón es fortaleza.