La escasez hizo secar el manantial.
Todo aquel torrente desapareció, dejando a su paso una enorme polvareda que no me deja respirar, que no sacia mi sed, que no aporta frescura a mi seca piel...
Fatídico día donde el nosotros dejó de ser tuyo y mi soledad comenzó a recuperar su puesto.
Mi adicción a la naturaleza está coja sin ti y busco refugio en cuevas horadadas en la nieve que vuelve a reinar los montes, sin hacer caso de lo que la primavera significa.
Triste y melancólico caminaré hacia la fuente lentamente, disfrutando de la brisa, aguardando el regreso del agua.
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