Confín de la llanura panónica, el reino de Ragusa.
Piedras eternas guardan celosamente los secretos inconfesables de la historia que las vio nacer. Esculpidas por tantos artistas llevan sus marcas, sus expresiones, y lo conservan en su piel esperando pacientemente un ápice de sensibilidad que de sentido a sus cicatrices, que de sentido a su esfuerzo, que de sentido a todo aquello por lo que se han esforzado y sufrido.
El desprecio de miradas frías acabará cuando la ignorancia se borre de las almas de ordas de borregos que avasallan tu espíritu.
Dobrodosli