viernes, 26 de abril de 2013

Vuelves a llegar a un lugar indescriptible, donde tus manos se vuelven poderosas y puedes controlar todo.
Vuelves a llegar a la posición justa, donde todo se vuelve agradable y los sonidos vuelven a inundarlo todo a su paso, torrente imparable que no tiene fin.
Vuelves a llegar con tus manos de pianista controlando la situación, moviéndose como por el teclado, ligeros y sin dudas los dedos se dirigen precisamente a su posición sin necesidad de ningún otro sentido ni guía.
Vuelves a llegar y ahora no te gusta... mira que eres caprichosito.

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