sábado, 27 de abril de 2013

Sin dedicatorias

Puede que te sorprendan los medios, el idioma, la situación. Puede que te sorprendan tantas cosas... Mereces todo, no será esta la primera vez que te lo digo, posiblemente tampoco la última.
El aprendiz escuchó con atención al maestro pero no llegó a comprender todas las metáforas que generaba el anciano. Ante esto pidió otra explicación y el maestro le ofreció un melocotón. Le dijo si lo quería lavado, con respuesta positiva. Le dijo si lo quería pelado, con respuesta positiva. Le dijo si lo quería cortado, con respuesta positiva. Le dijo si quería que lo comiese por el...
La alegría puede ser debida al sol y al brillo que desprende. La alegría puede ser debida a la lluvia y su vivacidad. La alegría puede ser debida a la luna y su misterio. La alegría puede ser debida al viento y su fortaleza. La alegría puede ser debida a la montaña y su dureza. La alegría puede ser debida al mar y su soledad. La alegría puede ser debida al campo y su tranquilidad. La alegría puede ser debida al río y su melodía. La alegría puede ser debida a la nieve y su pureza. La alegría puede ser debida a la tormenta y su peligrosidad. La alegría puede ser debida a esa minúscula e imperceptible partícula que inunda la mente y da brillo a la mirada, esa mirada que no deja dormir.
Los ojos reflejan el agua que se ve desde la ventana, solo quieren sentirla... otra vez.

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